Sobre Nautilus
Hola, soy Víctor, CEO de Nautilus y empecé a estudiar programación a los 10 años por un error gracioso que te cuento más abajo.
Además de programador soy diseñador industrial y junto al equipo de Nautilus, me dedico a desarrollar soluciones tecnológicas diseñadas con una visión estratégica para organizar y optimizar los procesos internos de las empresas.
Quiere decir que miramos más allá del problema puntual que nos plantees.
Esto implica:
- Escuchar para entender, no para dar respuestas rápidas.
- Preguntar para profundizar en las causas del problema concreto.
- Analizar los flujos de trabajo, los flujos de información, los procesos de producción y los datos que se generan en el día a día de tu empresa.
- Entender tu modelo de negocio, cómo es la relación con tus proveedores, con tus clientes, tus canales de venta.
- Transformar los datos analizados en conocimiento que tu empresa pueda aprovechar y convertir en valor.
- Definir flujos de trabajo que ayuden a mejorar tu organización.
- Diseñar soluciones que integren la mayor cantidad posible de los procesos.
Y te preguntarás…
¿No será demasiado lento y complicado?
La respuesta es no.
Porque trabajamos con Metodologías Ágiles y con la Metodología de la Industria 4.0, que proporcionan un marco de trabajo claro para todas las personas involucradas. Planificamos el trabajo en etapas, cada una con fechas de entrega y sus entregables. Vemos los avances etapa por etapa y vamos aprendiendo de forma constante gracias a la retroalimentación y a la permanente comunicación entre ustedes y nuestro equipo.
Te cuento. Me criaron mis abuelos y siempre se preocuparon mucho de darme una buena educación. Supongo que se sentían mayores para criar un niño y no querían que por eso yo tuviera una educación desfasada para mi época. Así que, pensando en mi futuro, con 10 años me apuntaron a un curso de informática.
Era un curso de Basic, que es un lenguaje de programación y no un curso básico de informática para principiantes como pensó mi abuelo.
La verdad es que le re-compliqué la vida al profesor, que de pronto tenía un niño que le distorsionaba la dinámica de una clase pensada para adultos. No porque yo me portara especialmente mal, simplemente era un niño y necesitaba una atención diferente.
No sé si te decepcioné con la historia, que tal vez no sea tan graciosa como esperabas, pero bueno, para mi es importante porque gracias a este error de mi abuelo descubrí mi pasión por la programación.
A partir de ahí, nunca dejé de aprender, trabajé como programador en varias empresas y ahora dirijo mi propio equipo, con el que integramos el desarrollo de software con la visión global que aporta el enfoque estratégico y el diseño industrial.